Bicentenario del Primer Grito de Libertad dado por el Prócer Don Francisco Antonio de Zela

El Perú y el continente Americano celebrarán el próximo año el Bicentenario de un acontecimiento insigne de la lucha emancipadora: El primer grito de la libertad del Perú proferido en Tacna por el prócer Francisco Antonio de Zela y Arisaga el 20 de Junio de 1811. Se preparan actividades patrióticas y una posible denominación al 2011 como “Año del Bicentenario del Primer Grito de Libertad dado en Tacna por el Prócer don Francisco Antonio de Zela”, un pedido hecho por la Municipalidad de Tacna al Presidente de la República y al Congreso y que, esperamos, se apruebe a la brevedad.

Ojalá y esta fiesta pueda ser tan inolvidable y de un amplio movimiento cultural como sucedió en el centenario de 1911. Esto nos recuerda que no solamente la libertad fue un pedido aislado de nuestra patria, sino que también aquí hubieron patriotas que no esperaron la llegada de libertarios extranjeros, más bien ofrecieron su vida por un sueño anhelado mucho antes.

El significado que tiene el levantamiento hecho en Tacna sobrepasa un simple disturbio, en realidad fue un proceso organizado y con ideas y metas claras. Duró solamente seis días, del 20 al 25 de Junio, pero durante ellos se organizaron un gobierno y un ejército, se cumplieron solemnes actos públicos y se ejercitó la administración más urgente. Vivió por primera vez la Patria en plenitud.

La Heróica Tacna, como protagonista ejemplar de tan importante suceso, debe prepararse para esta celebración uniéndose sus niños, jóvenes y adultos para que con amor, fuerza y conocimiento puedan mostrar al mundo que ese espíritu patriótico sigue encendido como fuego en los corazones tacneños.


Biografía de un Libertario

Don Francisco de Zela, nació en Lima el 24 de julio de 1768. Fueron sus padres son Alberto de Zela y Neira, natural del obispado de Lugo en el Reino de Galicia y doña María Mercedes de Arisaga y Hurtado. Realizo sus estudios en el Seminario Conciliar de Santo Toribio (actualmente ubicado entre las avenidas La Marina y Sucre en el distrito de Magdalena) hasta 1784, mismo año en que se trasladó a Tacna para trabajar en las Cajas Reales.

Desempeñó diversos cargos administrativos del país, especialmente en el ramo de Hacienda, como Ministro Ensayador y Balanzario en las Reales Cajas de Tacna, cargo en el cual sucedió a su padre. Este ilustre prócer peruano dio el grito de Libertad el 20 de Junio de 1811, en la ciudad de Tacna, promoviendo así el primer pronunciamiento definido por la Independencia del Perú.

Encontrándose en estas circunstancias, el movimiento revolucionario encabezado por Zela, el ejército argentino, que venía al Perú a colaborar con dicho movimiento, fue derrotado por los realistas comandados por José Manuel Goyoneche en Guaqui, en la región del Desaguadero, dominando así las fuerzas realistas toda la región del Altiplano y por consiguiente frustrándose la rebelión de Tacna dirigida por Zela, el cual con sus principales colaboradores fue apresado y se les siguió un proceso que duró hasta 1815.

Como resultado de este enjuiciamiento, Zela fue condenado a prisión y conducido al sórdido presidio de Chagres en Panamá, donde falleció como coincidencia, precisamente, el 28 de julio de 1821, el mismo día en que San Martín proclamaba la Independencia del Perú en la Plaza de Armas de Lima, que era su más caro anhelo. Se ha perennizado su memoria en el busto que se le ha erigido en el Panteón Nacional de los Próceres el 20 de junio de 1961.


EL GRITO DE LIBERTAD

El levantamiento promovido por don Francisco de Zela fue un heroico esfuerzo por la libertad del Perú, quien imbuido por sus ideas libertarias lo había preparado convenientemente teniendo como inspiración los diferentes movimientos realizados anteriormente desde 1780 hasta 1805, así como en la revolución de Mayo de la Argentina, que sucedió a los movimientos de la Paz, Quito y Caracas.

Para el mejor éxito de su insurrección se había puesto en relación con las tropas Argentinas dirigidas por el general Juan José Castelli que se encontraban en el Alto Perú (Bolivia), poniéndose de acuerdo para que el movimiento estallara en Tacna, con cuyo fin el ejército avanzaría hacia el Perú.

El día 20 de junio de 1811 fue el día señalado para el levantamiento por lo que contando con la cooperación de un grupo de tacneños, entre ellos el cacique José Rosa Ara y José Gómez, Zela encabezó el movimiento, proclamando la Independencia del Virreinato que fuera jurada por el vecindario de dicha ciudad. A la hora indicada un grupo de compatriotas, familiares y amigos que estaban comprometidos, tomaron por asalto el Cuartel de Caballería, así como también el Cuartel de Infantería, constituyéndose el caudillo en Jefe de la Plaza con el título de “Comandante de las Fuerzas Unidas de América” y plegándose a la rebelión todo el pueblo de Tacna.

José Jiménez Borja describe así la alegría y unión vividas al día siguiente:
"Al amanecer del día 21, se produjo la adhesión multitudinaria transida de júbilo, vítores y aplausos, mientras el caudillo, con pasión al mismo tiempo que con cálculo procedía a organizar el movimiento, demostrando capacidad administrativa. El bando lleno de épicos acentos divulgado desde las primeras horas, despertó el entusiasmo de la juventud que se agolpó en los cuarteles para formar el ejército. Quedó establecido un gobierno presidido por Zela con un gabinete de tres funcionarios, Pedro Alejandrino de Barrios, Pedro Cossío y Cipriano de Vargas, para atender a los distintos servicios públicos. Grupos de jinetes voluntarios procedentes de Sama, Sucumba e Ilabaya fueron llegando en los días sucesivos para constituir la caballería." (ver discurso completo).

¿Solano? ¿Arisaga? La verdad sobre su nombre

Al revisar diversos libros para realizar este trabajo universitario, me encontré con una gran sorpresa al analizar el libro MANUAL DE EDUCACIÓN PATRIÓTICA escrito por Enrique F. Gómez Espinoza, en su Séptima Edición del año 1978, un libro que por varios años fue el libro oficial para cursos afines en la educación básica regular en todo el país, tal como lo comprueba la Resolución Ministerial Nº 0133-78-ED con fecha 27 de enero de 1978, en Lima, cuando era Presidente Francisco Morales Bermúdez Cerruti.

El libro afirma lo siguiente:
“Es necesario señalar finalmente que hasta hace muy poco tiempo existió entre nosotros el error de considerar a quien lanzara el primer grito libertario en Tacna como Francisco Antonio de Zela y Arizaga (Arizaga con “z”); sin embargo su verdadero nombre fue Francisco Solano de Zela y Arisaga, según puede comprobarse en su partida de bautismo que se inserta en el libro 7º de Bautismos de Españoles (Iglesia de Santa Ana de Lima).”

Ante tal afirmación, es sorprendente que esta no se haya considerado en los libros históricos que hasta hoy se utilizan como fuente histórica. Siguiendo con mi búsqueda de la verdad, no he encontrado aún algún libro o web que refute lo escrito por Gómez Espinoza. Más bien todas las fuentes posibles consideran al prócer como Francisco Antonio de Zela y Arizaga.

Enrique Gómez Espinoza nació en Jauja en 1898. Se graduó de normalista en la Escuela Normal de Lima en 1922. Fue maestro e Inspector de Educación en varios lugares del país, Inspector General de la Campaña Nacional de Alfabetización en 1944-45, Jefe del Departamento de Pedagogía (1949-1955), Sub-director de Eduación Primaria, Visitador Escolar de la República, Supervisor de la II Región, Jefe de la División de Educación Experimental y Coordinador Parlamentario. Escribió muchos de los libros utilizados por varios años en las escuelas y colegios nacionales por encargo del Ministerio de Educación ("El Lector Andino", "Mi Amiguito", "Aprendiendo Los Números" "El Escolar Peruano", "Avanzando", Etc.). falleció en marzo de 1979 y en su natal Jauja un colegio lleva su nombre.

POEMAS AL PATRIOTA


A Zela


Como el cóndor que se alza hasta la ignota
alta región a donde el sol chispea
y con el ala fuerte y gigantesca
el libro azul del firmamento azota.

¡Zela en sus grandes sueños de patriota
se alza también a la región febea!,
y al azotar el cielo de la idea
llama a la Libertad que, altiva, brota.

Hoy Zela, con la espada en una mano
un círculo de luz en la cabeza
y la altivez del corazón peruano,
se yergue en el altar de la grandeza
¡como todo un Dantón americano,
cantando la sublime Marsellesa.!

Anónimo



La Casa de Zela

Todo en mi Tacna el patriotismo halaga.
En esta casa, en ya remoto día
nació la libertad. Aquí vivía
don Antonio de Zela y Arizaga.

Por esta puerta el ínclito guerrero
salió a luchar con el león hispano.
Le veo en el dintel, espada en mano.
Entre nuestros patricios fue el primero.

Adalid inmortal. Torna a la vida.
Vuelve a tu Patria desde lo infinito.
Tu sagrada misión no está cumplida.
Es necesario que de nuevo vibres.

Lanza otra vez tu inolvidable grito:
“¡Tacneños, llegó la hora....somos libres¡”

Federico Barreto

Ética Perlética, Palam Palambética


Aún lo recuerdo. Ese es uno de los pocos oasis de memoria que guardo de cuando era niño. Fue en tercer grado de primaria, en la clase de lenguaje. La profesora, la mejor que he tenido en mi vida escolar, nos hizo leer un trabalenguas. Su título era "Se me lengua la traba con la cabra". Comenzaba diciendo: "Una cabra ética perlética palam palambética...". Me gustó tanto ese trabalenguas que me dispuse a buscar en el diccionario ("mata-burros"), como era mi costumbre (una de las pocas rescatables) cada una de esas palabras, pensando que todas tenían un significado lógico. Grande fue mi sorpresa al descubrir que "perlética" no existía, que "palam palambética" no era una enfermedad, que eran palabras inventadas. Todas, menos una, "ética". Así fue como tuve mi primer interés en conocer sobre la ética. Mi diccionario "Bruño" decía: "Parte de la filosofía que trata de los fundamentos y normas de la conducta humana". Vaya, si que era interesante. Al día siguiente le pregunté a mi profesora de por qué los libros tenían palabras que no existen, y ella, con una sonrisa, me dijo que inventar palabras era legítimo, sobre todo para que las rimes en un trabalenguas. ¿Y la ética?- le cuestioné - Esa si existe, significa "Parte de la filosofía que...". Mi profesora esbozó nuevamente una sonrisa: "Que bueno, josuecito". "Filosofía" era una palabra muy complicada, así que me enrumbé en el viaje de la "ética". Ya pasaron muchos años, y hoy recordé con cariño esa ocasión, cuando todo en mi vida era el colegio, y no me preocupaba de nada más que yo. Ahora todo ha cambiado, ya nada es igual, todo es distinto.

Hoy vuelvo a hablar de la ética. Etimológicamente, según Luis Augusto Pachi Vastos, ésta palabra deriva de dos voces griegas: Ta ethika (la enseñanza de las costumbres) y To ethos (costumbre, aquello real que se sabe y conoce). Por estas raíces, la ética tambien es conocida como la "Filosofía de las costumbres", es decir, filosofía de los actos humanos y moral. La ética, como estudio científico-sistemático sobre la conducta humana, propone como inicio
la experiencia moral de cada persona. La reflexión sobre esta experiencia da lugar al hábito intelectual de la ciencia moral. La reflexión científico-sistemática correspondiente constituye la ética filosófica o filosofía moral. Pero, ¿Cómo se desarrolla la vida moral? La vida moral puede nacer y desarrollarse porque gracias a la razón práctica, de modo natural, la persona conoce el bien y el mal, y no solo los conoce, sino que se siente llamada a amar el primero y a evitar el segundo: el bien no es algo ante lo que se puede permanecer indiferente, sino que interpela y exige una respuesta personal. Esta función de la razón práctica es conocida con el nombre de "sindéresis" o "razón natural". La sindéresis es el origen del deber moral, que no es otra cosa que el bien (preceptuado por la razón). Lo que mueve al deber es el bien, que es lo primero en la intelección (acción de entender). No se puede decir, en cambio, que lo que mueve al bien es el deber. En consecuencia, todo el bien en su conjunto (alcanzar la perfección) es un deber para el hombre. No tendría sentido, por tanto, dividir la vida moral en dos niveles, el de lo debido (como un primer nivel obligatorio para todos) y el de lo perfecto (un nivel superior para los que “libremente” quieran aspirar a la perfección moral).
Para finalizar, ¿Qué es moral y qué es ética? Muchos autores consideran como sinónimos a estos términos. Sin embargo, en el ámbito de la filosofía se considera a la ética como una de sus partes principales. De ahí que podemos decir que una ética propuesta es el conjunto de normas sugeridas por un filósofo, o proveniente de la religión, en tanto que "moral" vendría a designar el grado de acatamiento que los individuos dispensan a las normas éticas imperantes en el grupo social. En un sentido práctico, ambos términos se hacen indistinguibles y por ello se los considera equivalentes. El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que entraña el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la moral o costumbre será su aplicación práctica. Por otro lado la moral se basa en los valores que la conciencia nos dicta, a su vez, basado en costumbres aprendidas, por lo tanto, la moral no es absoluta o universal, ya que su vigencia depende de las costumbres de una región, de la misma manera que la ética tampoco tiene una validez absoluta al ser ambas imperativos categóricos.

Entendiendo Mi Cultura


Desde muy pequeños se nos ha inculcado que nuestra cultura es muy rica, variadísima, inigualable, o como diría mi amigo Pepe, "ya no ya". Siempre escuché, con orgullo natural, que mis padres me decían: "Chile nos envidia porque no tiene nada más que la cueca, en cambio nosotros tenemos Machu Picchu, la marinera, el ceviche, el pisco, etc.". Si no es su caso, al menos es el mío. No sé si realmente causemos tanta envidia, como la que mis padres aseguraban, en nuestros vecinos del sur, pero de lo que si estoy seguro, es que esas enseñanzas han sido mi consuelo cuando me di cuenta que somos tan poco eficientes en otras cosas. Nadie es perfecto y nada es completo en este mundo a medias.

Pensando en esto, en mi cultura, trato de decidir qué conrriente de estudio puede definir tantas cosas en una sola, cuál de ellas puede abarcar todo un legado invaluable como es nuestra cultura. Analizando detenidamente cada alternativa, caigo en la certeza de que la Antropología puede explicar en su gran dimensión todo el aspecto de la cultura de mi país. Según esta corriente, cultura es "un conjunto de elementos de índole material o espiritual". Y esta primera idea es, desde mi punto de vista, muy profunda y correcta. En mi Perú, la cultura es tan grande que no puede tener solamente elementos palpables, concretos, sino también abstractos y espirituales. ¿Acaso el heroísmo de Tacna se puede tocar? ¿Será que la solidaridad es palpable? Al igual que ellos, nuestra cultura tiene tantas expresiones maravillosas que conforman un todo tan grande que es imposible que entre en la memoria de una persona; quizá quepa en la de una computadora.


Continuando el análisis del por qué de mi elección, la Antropología, mediante los escritos de Edward B. Taylor declara que "Cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte... y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre." Esta definición me parece aún más clara y exacta. Cultura es todo aquello que hace el hombre en su sociedad. En mi opinión, esto no puede ser más veraz. Están totalmente desfasados los conceptos que aseguraban equivocadamente que cultura es sólo aquello inteligente y culto. Creo que cada pueblo hace su propia cultura, y ésta reflejará hasta los más profundos pensamientos de dicha sociedad.

¿Qué mejor expresión de esfuerzo en unidad que Sacsayhuamán?, ¿qué expresión más deliciosa que el ceviche, más dulce que el arroz con leche y más mordaz que el picante a la tacneña?, ¿qué demostración más portentosa de imperio que el Señor de Sipán?, ¿qué se le puede comparar a la soberbia fiesta del Inti Raimy?, ¿en qué lugar del mundo encuentras más fervor religioso que en el recorrido del Señor de Los Milagros?, ¿cuánto pagarían los envidiosos por poner el nombre de su país encima del acta de nacimiento de César Vallejo, Jorge Basadre y Ricardo Palma?, ¿cuántos extranjeros no quisieran patentar nuestra marinera, nuestro landó o nuestra sabrosa música negra?, ¿cuántas horas podría seguir mencionando con preguntas nuestras riquezas materiales y espirituales?. Todas las respuestas a estas preguntas son obvias.

Tengo la certeza que la Antropología puede explicar de manera más detallada que las demás corrientes todo el vasto e inacabable raudal de expresiones humanas que es la cultura peruana. Una cultura que brilla con luz propia, una cultura que, con un pasado glorioso, nos compromete a forjar día a día el mañana del Perú.